Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu fuerza y con toda tu mente. Lucas 10:27a.
Reconoce a Dios como tu Señor, el centro de tu vida, a quien le cedes el trono y a quien quieres agradar. Estarás atento a su voz y a lo que quiere para ti porque lo amarás con todo tu corazón, allí donde se están tus sentimientos, tu amor, tu alegría, aún tus tristezas, estando cerca sentirás su consuelo.
Ama a Dios con toda tu alma, fuerza y mente, todo tu ser integral dispuesto a ser fiel a Dios, a buscarle y nunca dejarle.
Cuando amas a Dios con toda tu mente cuidarás de que allí no permanezcan cosas impuras, sino que procurarás mantener tu mente protegida con la Palabra de Dios, combatiendo los malos pensamientos y en su lugar dejando buenos versos, ganando la batalla de la mente con la ayuda de tu Señor y Dios.
Cuando amas a Dios con todas tus fuerzas, no habrá delante de ti otros dioses a quien dedicarle fuerza, servirás al Señor con pasión y amor, sin adorar otras cosas o personas.
por Mery Bracho